martes, 29 de noviembre de 2016

La cita frustrada en el CSD y los 15 millones comprometidos por el Estado

En la entrevista con Ballesteros publicada la semana pasada en la Web de Inda, el Alcalde no contesta a los argumentos contenidos en mi colaboración en El País, y se dedica a dibujar un pretendido desprecio por mi parte a Tarragona y su persona. El episodio definitivo sería una cita en el Consejo de la que se levantó y se fue. Transcribo de la entrevista:

" (...) En el CSD ha sido la única vez que me he levantado de una mesa y me he llevado a mi equipo porque me he sentido humillado.
P.- ¿Qué se decía en esas reuniones?
R.- Primero no venía quien tenía que venir, nos mandaban terceros o cuartos de la fila y yo no soy el presidente del Gobierno, pero soy el alcalde de Tarragona y tengo mi dignidad. No puedo permitir que me traten como el presidente de un equipo de fútbol de Quinta Regional, con todo el respeto.

Me apena que se aferre a esta versión, porque he tenido ocasión de comentar varias veces ese incidente con Ballesteros, y por tanto estoy convencido de que sabe que no dice la verdad. Efectivamente, el 26 de noviembre de 2013 el Alcalde se fue de una reunión en la que estaba siendo atendido por 2 subdirectores del Consejo Superior de Deportes y quien hacía funciones asimiladas a Jefe de Gabinete de la Directora general. Su cita era con la Directora general, que no pudo incorporarse desde el comienzo a la reunión, pero de la que se le había anticipado que estaba llegando.
En el Consejo hay un único Director general, y 5 subdirectores -otros dos asimilados-. Exagerando un poco, en realidad el Consejo estaba prácticamente paralizado a su disposición.

No sé a qué hora habían quedado ni con qué motivo. Creo que ni sabía que venía la visita, y desde luego me he reunido en numerosas ocasiones con él, tanto en Madrid como en Tarragona. Pienso que quizá, como la Directora general ocupaba ese puesto desde dos meses antes, y como es natural la organización había tratado frecuentemente con su antecesor, habían pedido tener una toma de contacto con ella. Desde luego, es un puesto muy importante en el Consejo, no es sólo su número dos en el organigrama, sino que en función de la normativa que regula su estructura, numerosas competencias le pertenecen y es quien dinamiza la acción administrativa del Consejo Superior de Deportes, que en definitiva es parte de la estructura del Estado.

Pocos minutos después de las 10.30 recibí un correo electrónico, que me informaba de lo acontecido. Por lo que me explicó unos días después Ballesteros, no se fue por la demora en llegar la persona con la que se había citado -que pudo ser de poco tiempo y que entra dentro de lo comprensible; cualquiera podemos tener un imprevisto que provoque un retraso-, sino porque ya venía frustrado de alguna otra gestión que había hecho en Madrid en esa visita (seguramente por la hora, acaecida el día anterior), y porque no sólo no encontró receptividad a sus demandas, sino que entendió que algunas de las expresiones que tuvo que escuchar no eran suficientemente respetuosas. Nunca he querido dudar de esa versión, y es compatible con la que recibí de quienes habían acudido por parte del Consejo en ese correo electrónico al que me he referido, a cuyo tenor " ... Exigían 13 ó 15 millones al CSD, vinieran de donde vinieran, a pagar en 4 años". A Ballesteros se le preguntó "por los compromisos previos adquiridos, no hubo respuesta. Según ellos les estamos dando largas, y cuando han visto que aquí no había dinero, te han mencionado, ..., y el alcalde se ha levantado y se han ido".

Por supuesto, la Directora general y yo lo llamamos numerosas veces ese día, y no nos cogió el teléfono. Muchas veces me ha contado que se sintió realmente humillado, y a día de hoy sigo creyendo que es verdad que tuvo ese sentimiento. Varias veces hemos hablado de este asunto, y siempre le he reiterado las disculpas que ese día no pude darle por no atender Ballesteros mi llamada de teléfono, y siempre las ha aceptado. Se las vuelvo a pedir aquí, por la responsabilidad que me correspondía aunque yo no fuera parte de esa cita, y no sólo a Ballesteros personalmente, sino a lo que representa, a la ciudad de Tarragona y sus ciudadanos. Entiendo que en alguna de las ruedas de prensa y entrevistas dadas en Tarragona, esta misma versión -la verdadera- la conté.

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Lo cierto es que no supuso un punto de inflexión en nuestra relación. Al compararse con un equipo de quinta regional, me ha recordado un hecho que avala mi percepción sobre lo rápido que superó ese desencuentro. En efecto, pocos meses después me solicitó que nos viéramos con urgencia, y le recibí en la fecha que él eligió, puede que incluso fuera al día siguiente de hablar por teléfono -nos llamábamos directamente al móvil, por supuesto intercambiamos mensajes de texto, etc.-

El asunto urgente era que el 20 de febrero de 2014 -menos de tres meses después de esa reunión-, el Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol había sancionado por alineación indebida al Nàstic, y el Alcalde pensaba que esos tres puntos iban a ser decisivos para un eventual ascenso. Como la vía administrativa de recursos finaliza ante el Tribunal Administrativo del Deporte, adscrito al Consejo Superior de Deportes, vino a contarme el caso. Considero relevante enfatizar que es la única ocasión en mis casi cinco años en el Consejo que un Alcalde me ha solicitado una reunión por un tema así (otras cosas más graves, como descensos por causas administrativas, etc., sí han propiciado más acercamientos con Alcaldes). Me parece inverosímil que con esa mala relación que atribuye a los años 2012 y 2013, tuviese la confianza de venir a interceder por un asunto en el que, lógicamente, le contesté que estuviese tranquilo, que el TAD lo estudiaría con el máximo esmero, como debe hacer siempre. Ballesteros me advirtió que ya habían tenido acceso a uno de sus vocales. Finalmente el recurso fue desestimado porque, ese vocal incluido, el TAD decidió que el Nàstic no tenía razón. Me llamó la atención el acento que puso en su interés en ayudar al dueño del equipo, un empresario con en el que por fin consideraba que el Club estaba en buenas manos, a diferencia de etapas anteriores. En él había depositado la esperanza de sacar adelante una entidad deportiva muy endeudada. Me trasladó que por éste y otros motivos tenía una relación muy estrecha con tal empresario, al que estaba agradecido.

En definitiva, a Ballesteros, cuando ha querido venir al CSD, se le ha recibido lo mejor que hemos sabido, él ha tenido esa confianza para venir, y con seguridad es el Alcalde de todos los eventos acaecidos en estos años con el que más veces me he reunido (y podemos hablar de la Universiada de Granada, los Campeonatos del Mundo de Vela en Santander, de Ciclismo en Ponferrada, de Natación en Barcelona, de Balonmano y Baloncesto en diversas sedes ...). Y sobre todo, son bastantes decenas los correos, documentos, etc., permanentemente intercambiados entre ambas instituciones a lo largo de todos estos años, fruto de la continua colaboración desarrollada.

En fin, es tan inveraz como su afirmación de que en la visita de S.M. el Rey Felipe VI a Tarragona en 2015 no hubo nadie del Consejo Superior de Deportes, pues allí estuvo la Directora general, como he indicado, segunda autoridad de la institución, que ha representado al Consejo Superior de Deportes en numerosas ocasiones.

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La reivindicación de los 15 millones de la que habló en esa reunión frustrada ha sido un clásico que el Alcalde ha provocado que publicaran medios -él rara vez lo ha dicho en público-, queriendo crear la convicción de que existía ese compromiso. A mi me lo contó, su idea era que se construyera por cada Administración una infraestructura, y cada una tendría un coste de 15 millones de euros. Al Consejo nos quería adjudicar la piscina olímpica.
Más allá de que luego hayamos visto que la piscina no costaba 15 millones, sino que con bastante menos dicen que se puede hacer, el planteamiento era tan insólito como amateur: ¿realmente Ballesteros pensaba que es a él a quien le corresponde decir cuánto presupuesto tienen que comprometer las demás administraciones?
A lo largo de estos años he negado tantas veces como he sido cuestionado este inexistente compromiso. Más temerario que inventarse la deuda, es esperar que fuera pagada, pues no cabe olvidar que desde septiembre de 2012 se le advirtió de que el Consejo Superior de Deportes, por la crisis, difícilmente iba a tener dinero para acometer inversión alguna en los años venideros.
En Tarragona y al lado del Alcalde, en rueda de prensa, he dicho que no era imprescindible construir la piscina y que ése coste no lo asumiría el Estado, y que además no existía un compromiso de financiación como el que Ballesteros pretendía en el plan que había diseñado. Y Ballesteros dijo que la piscina se haría con recursos de otras administraciones.
Tras mi visita en agosto de 2015 a Tarragona, volvió en unas declaraciones al Diari de Tarragona a plantear esa inversión de 15 millones. Me pareció poco leal, y así se lo comenté por carta, pues es un tema que habíamos hablado infinidad de veces. Era volver a desandar lo andado. Me contestó en carta fechada el 14 de septiembre, en la que se ofrecía a realizar "matización o aclaración respecto a dichas declaraciones", y a mi, al que se dirigía como "Querido Presidente y amigo" (esto último de su puño y letra), me recordaba que tuvo "oportunidad de expresar en el largo pleno municipal monográficamente dedicado a los Juegos, mi agradecimiento a la nueva etapa de relación con el Consejo Superior de Deportes, y reiterar nuestra total predisposición a colaborar política y técnicamente desde el consistorio con el organismo que presides. Del mismo modo, he agradecido públicamente el apoyo recibido hasta la fecha por parte del Gobierno de España, y en especial, por la consideración de los Juegos Mediterráneo Tarragona 2017 como "evento de excepcional interés publico".
Finalmente, el 31 de octubre el Boletín Oficial del Estado publicaba la Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2016 que incluía una aportación del 1% de la recaudación de las quinielas para la construcción de infraestructuras de los Juegos, y que permitiría que meses después Ballesteros y yo firmáramos en Tarragona el consiguiente Convenio para el pago de esa subvención.

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Esta cuestión de la financiación conduce a otra. ¿De verdad no se hacen los Juegos en 2017 por falta de financiación del Estado? A mi me cuesta creerlo. Desde luego, no podrá decir Ballesteros que algo que se le prometió no se le ha dado. Lo que sí se ha mostrado poco ajustado a la realidad son las sucesivas previsiones de captación de recursos formuladas por su equipo. No voy a cansarles con documentos y correos, donde ya antes de gozar de las exenciones fiscales nos anunciaban que muchas empresas estaban esperando ese trámite para firmar con Tarragona. La hemeroteca les permitirá comprobar como los sucesivos planes iban modificando las cifras, como incluso algunas de las que se han llegado a dar sobre el nivel de captación de patrocinios han resultado no corresponderse con la realidad.

Para mi propósito, demostrar que el Alcalde no dice la verdad cuando me atribuye un boicot a los Juegos y que además tal es la causa de que no se celebren en 2017, es suficiente recordar una cuestión. Lo que hasta hace unos meses había sido siempre una demanda de apoyo para la construcción de infraestructuras, pasa a ser una petición de subvención para el presupuesto operativo. En efecto, un documento enviado por el Sr. Vilamajor en julio de 2016, afirma que:


* El presupuesto operativo de los JMT 2017 asciende a VEINTISIETE MILLONES DE EUROS (26.914.433€).
* El Ayuntamiento de Tarragona, las Diputaciones Provinciales de Tarragona y Barcelona, y la Generalitat de Cataluña han realizado aportaciones económicas al presupuesto operativo tanto en la fase de candidatura y una vez escogida Tarragona como ciudad sede.
* A diferencia de dichas administraciones públicas, el Gobierno de España no ha realizado ninguna aportación al presupuesto operativo de los JMT 2017.
Principales partidas del presupuesto operativo no garantizadas a día de hoy:
- Adecuación de instalaciones deportivas: DOS MILLONES DOSCIENTOS TREINTA MIL QUINIENTOS euros (2.230.500€).
- Equipamiento deportivo para la competición: TRES MILLONES DOSCIENTOS NOVENTA Y CINCO MIL euros (3.295.000€).
- Ceremonias de inauguración y clausura: 1 MILLÓN QUINIENTOS MIL euros (1.500.000€).
- Gestión de resultados y cronometraje: DOS MILLONES CIEN MIL euros (2.100.000€).
- Transporte delegaciones internaciones: QUINIENTOS OCHENTA Y CUATRO MIL euros (584.000€).
- Alojamiento: NOVECIENTOS DIEZ MIL euros (910.000€).
- Equipos de seguridad: CUATROCIENTOS CINCUENTA Y CINCO MIL euros (455.000€).
- Acreditaciones: CIENTO NOVENTA MIL euros (190.000€).

Más allá de que el Consejo Superior de Deportes no financie gastos operativos -desde luego no lo ha hecho en estos años-, sino que su participación en los eventos sea contribuir a las infraestructuras, es evidente que durante los años 2012, 2013, 2014, 2015 y buena parte del 2016, jamás el Ayuntamiento había pedido ayuda al Estado para financiar los gastos operativos, y tampoco cabe discutir que tal es el déficit que ahora achacan como impedimento para la celebración, pues en la Conclusión de ese documento se afirma que

"La viabilidad de los Juegos Mediterráneos requiere un compromiso explícito del Gobierno de España, que en materia de GASTO OPERATIVO para la organización de los Juegos Mediterráneos ascendería a NUEVE MILLONES DE EUROS (9.000.000€)".

¿De verdad, Ballesteros, crees que es posible convencer a la gente de que yo he impedido que los Juegos se celebren en 2017? ¿Hay alguien, además de ti, y tu equipo, responsable de que no seáis capaces de asumir los gastos operativos, algo que siempre habéis sostenido que os correspondía? ¿Cómo no os dais cuenta hasta julio de 2016 de que el Gobierno central tiene que asumir ese coste? ¿Qué tipo de programación, planificación y control lleváis sobre la preparación de los Juegos? ¿Qué margen de maniobra has dejado a todos, incluido a mi, si ha surgido un agujero que ni vosotros sabíais que existía?
En esa carta a la que antes aludí, fechada en Tarragona el 14 de septiembre de 2015, me invitabas, querido Alcalde, a "concretar, en la medida de las posibilidades presupuestarias del presente y próximo ejercicios, cuál sería vuestra contribución y las instalaciones beneficiarias". El subrayado es añadido, pero quiero enfatizar que en ningún momento hablaste de una participación que no fuera dirigida a infraestructuras, y los Juegos se aplazan, según vuestra versión actual, porque no podéis asumir el coste operativo, no por un problema de infraestructuras.


Afirmé en El País que el fracaso estrepitoso al que Ballesteros y Blanco han conducido a los Juegos se debía a la temeridad e incompetencia con que lo han gestionado. Podría recordarles muchas otras cuestiones, pero creo que queda demostrado tanto que el Consejo ha ayudado razonablemente en la medida de sus posibilidades a este evento, como que son otros los que tienen que decir la verdad a la gente de Tarragona, y explicarles las razones de este fiasco.

lunes, 28 de noviembre de 2016

Sólo diciendo la verdad podemos mirar hacia delante

Debo dar una explicación de por qué hago esto, por qué escribo este blog, algo que, de entrada, les reconozco que no me apetece nada. He pasado por la vida política durante casi cinco años, y respeto que haya gente que discuta o censure mi gestión -faltaría más-. Durante los años que he sido Presidente del Consejo Superior de Deportes he defendido las políticas que hemos llevado a cabo, y cada ciudadano interesado se ha podido hacer su propia composición de lugar, por lo que no encuentro razón en el plano político para salir ahora, el momento de hablar fue durante mi paso por el CSD. Además, el día que anuncié que me iba en una rueda de prensa, de corazón pedí públicamente perdón a todos los que no se hayan sentido tratados como estimaban que merecían, pues aún poniendo mis mejores esfuerzos en la importante responsabilidad que he tenido, soy consciente de mis limitaciones y estoy seguro de que me he equivocado más de una vez.

Desde esas premisas, que el Alcalde de Tarragona se alegre de mi sustitución me parece respetable, que piense que la relación con el Consejo Superior de Deportes será ahora mucho mejor, y otras cosas similares, pertenecen a la esfera de las libres opiniones, que respeto profundamente. Pero lo que supone algo radicalmente diferente es que en el momento en el que me voy, de repente y a diferencia de lo que se ha dicho durante los casi cinco años de mi mandato, se pretenda crear una realidad hasta ahora inexistente – que soy responsable del fiasco de que los Juegos del Mediterráneo no se hagan en 2017-, y que se me insulte con fruición -primero energúmeno, ahora tonto de baba, entre otras lindezas-. No me siento criticado institucionalmente o políticamente, sino percibo un ataque personal: según Ballesteros los Juegos del Mediterráneo no se hacen en 2017 por una decisión mía personal, fruto de intereses míos particulares.

Sin perjuicio de la trascendencia que esos insultos puedan tener en otros ámbitos -a los que expresamente no renuncio-, entiendo que es mi obligación no dejarlos pasar por alto proviniendo del Alcalde de una ciudad como Tarragona, y que tampoco debo consentir la estrategia de encubrir su estrepitoso fracaso culpando "al muerto", al que se supone que ya no va a poder defenderse. En mis años en el Consejo Superior de Deportes, he puesto todo de mi parte por dignificar la vida pública y por no consentir la más mínima connivencia con conductas corruptas. Y, sinceramente, un engaño de esta naturaleza forma parte de lo que he repudiado y combatido hasta este momento, por lo que no voy ahora a dejarlo pasar. Esa convicción me ha costado muchos disgustos -varias querellas, todas archivadas, pero con el desgaste que comportan-, y una estrategia en el ámbito del deporte de la que ha formado parte el socio de Ballesteros en esta aventura, quien ha dado cobertura, una y otra vez, a la mayor parte de quienes han tenido problemas por el uso indebido de los recursos económicos fiscalizados por el Consejo Superior de Deportes.

A la estrategia de culparme de la no celebración de los Juegos ya contesté en El País hace dos semanas (http://ccaa.elpais.com/ccaa/2016/11/12/catalunya/1478973668_677196.html#?ref=rss&format=simple&link=link). Creo que ahí aparecen muchos argumentos para sostener sólidamente que es una ignominia atribuirme la intención de sabotear los Juegos. Es obvio que la responsabilidad en esta organización es principalmente de la ciudad -comparen su presupuesto con el del CSD, se darán cuenta de lo pequeñita que era la institución que presidía comparada con la ciudad-. Puedo listar numerosas acciones en las que he colaborado -como el envío de patrocinadores, la suscripción de convenios, o la inclusión de subvenciones en los presupuestos del Estado. Ballesteros no sólo no puede negar nada de lo que afirmé, sino que es incapaz de ofrecer un sólo argumento para justificar la atribución a mi gestión de ese boicot, que por tanto es una imputación gratuita.

Su estrategia inicial ha fallado. Es imposible defender que los Juegos no se celebran en 2017 por Cardenal. Por tanto, insisto, en su segunda arremetida no desmiente una sola de las afirmaciones que hice en El País. Insisto porque es muy significativo. Modestamente y en la medida de mis posibilidades, ayudé todo lo que pude, y desde el primer momento advertí de mis escasas capacidades financieras. Es mentira que yo haya boicoteado los Juegos, y es realmente infantil pensar que quisiera hacerlo, o que el Consejo Superior de Deportes estuviera llamado a un rol tan protagonista como para ser capaz de ese boicot.

En su segunda entrevista, Ballesteros cambia de estrategia. Repito, no desmiente ninguno de los hechos que expuse en El País, y a mi juicio busca dos nuevos argumentos guiados por un propósito: esconderse dentro de la bandera Tarragona frente a unos imaginarios ataques míos. Estos nuevos tópicos serían los dos siguientes, y dejarían en un plano secundario el boicot que es incapaz de argumentar.

1) El enfrentamiento personal. Vuelve a insultarme. Ya dije que me sorprendió -como a mucha gente que le conoce y me ha llamado estos días- la agresividad verbal de Ballesteros, que incrementa en su aparición en la web del Sr. Inda -es realmente significativo el medio que ha elegido para defenderse-. Seguramente ha entendido que le vendría bien que la gente crea que nos llevamos muy mal, porque eso abonaría su tesis de que he obrado de mala fe por motivos personales. Pero creo que no hace falta ni rebatir algo tan de consumo interno, dirigido, si es que existen, a los muy, muy Ballesteristas. Fíjense, me llama cobarde por publicar un artículo en El País en lugar de "decir las cosas a la cara". Y todo lo que hago es contestar a su ronda de entrevistas y ruedas de prensa de la semana anterior, dadas, insisto, con mi marcha anunciada, y basadas, además, en argumentos nunca utilizados hasta entonces. Entiendo que para cualquier persona adulta es ociosa mayor explicación sobre si es cobarde quien simplemente responde de manera educada y argumentada al que le ha atacado con insultos y en el momento en que su posición es de mayor debilidad por haber dejado ya la vida pública.
En mi opinión, como he señalado, esta actitud inusitada en Ballesteros obedece a su interés en aparentar un enfrentamiento personal que nunca ha existido, porque eso avalaría la tesis con la que quiere justificar que no haya Juegos en 2017. En efecto, Cardenal, por motivos personales, obstruyó los Juegos del Mediterráneo. Por eso he puesto en Twitter la foto comiendo dulces navideños, tan contentos. Si yo hubiera tenido tan mala relación con Ballesteros, ¿estaríamos en mi despacho compartiendo sonrientes un mazapán de Toledo cuatro días antes de las elecciones generales? ¿Qué he podido hacer de malo a Tarragona desde ese día, si el Gobierno ha estado en funciones, y él mismo reconoce que en esa situación no se podía hacer nada?

2) El enfrentamiento Cardenal vs. Tarragona. Ahora, de repente, afirma que yo he querido privar de 500 millones de euros a Tarragona. En estos momentos de dura crisis, Ballesteros trae a Tarragona ni más ni menos que 500 millones de euros de riqueza -empleo, inversiones, etc.-, y Cardenal, porque se lleva mal con él, o con Blanco, o con quien sea, hace lo posible por impedirlo, de forma que por su culpa los Juegos no se pueden hacer en 2017.
Elijan ustedes con quien se alinean, con el Sr. de Madrid ,del Gobierno del Partido Popular, o con el Alcalde perseguido que trae riqueza y empleo a la ciudad. Hay que reconocer que no está mal tirado el planteamiento, y en tiempos en los que los populismos están triunfando, le podrá dar réditos, sobre todo combinado con el primero de sus argumentos. Cardenal se pelea con Ballesteros, y Ballesteros sufre sus ataques por defender a Tarragona y a su gente.

Esto debe ser lo que se le ha ocurrido en las dos semanas que han transcurrido desde mi artículo en El País. Para abonarlo, rescata su frustrada reunión en el CSD de hace tres años, y aunque lo hayamos hablado y dado por aclarado -y sepa perfectamente que no tuve la más mínima participación en ello, que ocurrió en mi absoluta ignorancia, y que no me cogió el teléfono las numerosas veces que lo llamé ese día cuando me lo contaron-, lo revive para presentarlo como un desprecio a la ciudad de Tarragona y su gente. Así cierra el círculo: Cardenal se pelea con Ballesteros porque Ballesteros defiende a Tarragona y a sus ciudadanos.

Yo no me voy a pelear con nadie, e intentaré no contribuir a sus maniobras de distracción. La realidad es que él y Blanco han estado cinco años diciendo que los Juegos se harían en 2017, y han tenido que anunciar, precisamente, que no han sido capaces de que se hagan en 2017. Y yo lo único que quiero que quede claro son dos cosas: que este desastre no es desde luego ajeno a la gestión de Ballesteros y su equipo, y que es mentira lo que dice ahora Ballesteros de que nuestra relación no era cordial.

Durante las últimas semanas me han pedido entrevistas diversos medios de Tarragona; me ha llamado mucha gente, también responsables políticos. A todos les he dicho lo mismo, que yo ya me he ido y no quiero polémicas. Me bastaría con que el Alcalde se disculpara de sus insultos y reconociera que no ha dicho la verdad. Igual que ha buscado este chivo expiatorio, que coja otro y me deje en paz. Siempre he deseado lo mejor a los Juegos del Mediterráneo, y ahora mismo, con más razón. Me parece una ciudad estupenda, en la que tengo además buenos amigos. Ya no soy presidente del Consejo Superior de Deportes, y su actual responsable será quien, con todo el derecho, guíe los pasos a dar por esa institución, para lo que contará con todo mi respaldo y respeto hacia sus decisiones. Yo lo único que busco es no dejar pasar unos graves insultos y una gran mentira sobre mi participación personal -porque como he señalado, mis actuaciones las atribuyen en ese plano, no en el institucional, que sería otra cosa-.

He invitado a Ballesteros a un debate sobre este tema. No le he retado, como dicen algunos, simplemente le ofrezco la oportunidad de que a la cara, como él demanda, exponga las razones por las que dice que he impedido la celebración de los Juegos y justifique sus insultos. Para que yo le pueda decir por qué entiendo que no tiene razón. Hoy no he podido publicar este post antes ocupado por temas personales. Me cuentan que ahora dice que hay que mirar hacia delante. De verdad, me causa perplejidad la actitud del Alcalde. Durante una semana se dedica a sacudirme en ruedas de prensa, entrevistas, ... Le contesto educadamente, y me llama cobarde. Y además, me vuelve a sacudir en otra entrevista. Le invito a que públicamente, en mi presencia, y pudiendo yo defenderme, explique a la gente de Tarragona en qué basa atribuirme el fracaso de la no celebración de los Juegos este año. Y entonces, ya no quiere hablar del tema.


Yo voy a ir contando en este blog qué cosas de las que ha dicho Ballesteros no se corresponden, en mi opinión, con la realidad. Como se ve en la foto, es difícil sostener lo que hoy dice Ballesteros, y en diciembre de 2015 llevarnos tan bien. Habrá más. Ha sacado el tema de la reunión de la que se levantó del CSD. Os la contaré en el próximo post.
Y todo para que no se confunda a la gente en Tarragona. Ballesteros no va a hacer los Juegos en 2017 frente a lo que prometió tantas veces, y esta decepción no tiene nada que ver con Miguel Cardenal, que siempre ha dicho la verdad y cumplido su palabra. No quiero que con este intento de pelea por su parte, intente encubrir dos cosas, por la vía de atribuirme a mi la responsabilidad sobre ellas: que efectivamente los Juegos no se hacen en 2017, y lo que seguramente sea mucho más grave todavía, que se ha pasado cinco años prometiendo a la gente de Tarragona lo que, según transcurría el tiempo, era más previsible que no iba a cumplir.